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viernes, 8 de marzo de 2019

Aclaración. 

Buen día desde este punto del hemisferio.

Hoy quisiera aclarar un punto. 

No soy crítico gastronómico ni literario y este no es un blog de crítica, es de recomendaciones, no más.

Lo anterior no quiere decir que me gusten todos los lugares que visito o todo lo que como o leo... Simplemente, no me gusta criticar.

Como muestra de lo anterior, les puedo decir que no hace mucho fui a Golfito, -lugar de compras libres de impuestos en la costa pacífica de mi país- y en el camino me encontré con un establecimiento de comidas "especializado en turistas"... Pese a las evidentes advertencias, entré a comer... y lo lamenté después.

Lo primero que me recibió, fue una urna de vidrio con media docena de empanadas acartonadas, calentándose a la luz de un bombillo grasiento y cubierto por cagadas de mosca... Decidí que las empanadas no eran lo mío... Y sí... entré a comer; obviando el olor a grasa rechinada, las mesas mantecosas, el cochambroso mostrador y el piso sucio... ¡Tenía hambre!... y esto a veces nubla el juicio.

Pedí un emparedado de huevo y café. Pese a que, la orden llegó más de veinte minutos después, no pude reclamar nada: estaba exhausto después de luchar casi media hora contra una turba de moscas que parecían querer secuestrarme. La mesera vino en mi auxilio y roció desinfectante antes de servir la comida... y bien, las moscas se fueron, pero la pinche mesa quedó oliendo a excusado del Mercado Central, al punto que, tuve que usar mi regazo para poder comer.

Y de la comida... ¿Existe alguna morgue adonde vayan a dar los panes asesinados? Porque parecía que de ahí habían sacado el de mi emparedado. ¿Y por qué alguien querría usar medio kilo de manteca para cocinar un sólo huevo? ¿Será que, para bajar costos, mezclan el café con tierra antes de hacerlo y usan cal en lugar de leche en polvo?

Como pueden ver, sí puedo criticar y sí he ido a lugares de pesadilla... Pero el nombre de este establecimiento -por ejemplo- jamás lo diré. El que haya odiado cada minuto que estuve allí, no me faculta para hacerlo polvo con mi "sacra" opinión.

Lo mismo pasa con los libros: He leído desde cosas sublimes escritas a mano en un cuaderno, hasta auténticas porquerías publicadas en pasta brillante y formato multicolor... Pero de estas últimas, jamás comentaré. Usted, mi querido lector, aquí recibirá sólo recomendaciones... 

Hasta la próxima.

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